jueves, 25 de agosto de 2016

La corona - Kiera Cass

Cuando surge el cambio de personajes principales de América a Eadlyn, vemos que se produce un cambio de personalidad drástico, cuando comienzas a leer "La heredera" y continúas con "La corona", te encuentras con una mujer extremadamente fuerte y rebelde, una mujer que lo único que quiere es cambiar las cosas y no descansará hasta lograrlo. Este fragmento referente a la segunda parte de "La heredera", es uno de los fragmentos que mejor muestran la fuerza femenina que desprende la protagonista: 

"—Nadie la tomará en serio si no actúa con firmeza y decisión.
—De acuerdo —respondí sin perder la calma—. Está despedido.
Coddly soltó una carcajada y miró al resto de los asesores.
—No puede despedirme, alteza. Ladeé la cabeza y le miré con atención.
—Claro que puedo. Jerárquicamente, en estos momentos no hay nadie por encima de mí. Siento tener que decírtelo de este modo, pero eres prescindible.
Aunque intentó ser discreta, vi que Lady Brice apretaba los labios para reprimir una sonrisa. Aquella mujer sería mi aliada.
—¡Debemos atacar! —insistió.
 —No —contesté—. Lo último que necesitamos en este momento tan delicado es una guerra. Solo conseguiríamos empeorar las cosas. No quiero entrar en guerra con Francia, un país con el que, ahora mismo, estamos unidos por el matrimonio de mi hermano. No atacaremos.
Coddly agachó la cabeza y me miró con los ojos entornados.
 —¿No cree que está siendo demasiado sensible?
Arrastré la silla hacia atrás, provocando un chirrido ensordecedor. Me puse en pie.
—Voy a asumir que no has querido insinuar que soy demasiado «femenina». Porque siento decirte que sí, soy y estoy sensible.
Caminé hacia el otro lado de la mesa sin apartar la mirada de Coddly.
—Mi madre sigue postrada en una cama, con tubos que le atraviesan la garganta y conectada a un monitor. Mi hermano se ha mudado a otro continente y mi padre está al borde de un ataque de nervios.
Me detuve frente a él y continué: —Tengo dos hermanos pequeños a mi cargo, un país que gobernar y seis pretendientes que esperan ser los elegidos para casarse conmigo. —Coddly tragó saliva. Por un instante, me sentí culpable por estar disfrutando de ese momento—. Así que sí, ahora mismo estoy más sensible de lo habitual. Cualquiera en mi lugar con un corazoncito lo estaría. Y tú eres un idiota. ¿Cómo tienes el valor de intentar obligarme a tomar una decisión tan drástica basándote en algo tan ridículo? A efectos prácticos, yo soy la reina. No vas a coaccionarme.
Después me dirigí de nuevo a mi sitio.
 —¿Oficial Leger?
 —¿Sí, alteza?
—¿Hay algo más en la agenda de hoy que no pueda esperar a mañana?
—No, alteza.
—Bien. Podéis iros. Y os sugiero que en futuras reuniones recordéis quién está al mando. "

La corona- Kiera Cass

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